lunes, 28 de junio de 2010

"Cállate, cállate, cállate que me deseperas"

Cuando era niña, sentía mucha angustia cuando veíamos “El Chavo”. Vivía en un barril, siempre tenía hambre, todos abusaban de él, estaba expuesto al maltrato físico y no se sabía si tenía papás o no. Años más tarde leí que muchos ideólogos mexicanos criticaban a Roberto Gómez Bolaños por la mitificación de todos los males que aquejan a la sociedad latinoamericana a través de sus personajes. También, porque todo el engranaje giraba en torno a estereotipos que se impusieron como parámetros en temas como la pobreza, la riqueza, la belleza o la obesidad. En este micro universo había que reírse de la tragedia de nuestra sociedad, de las carencias, de los defectos físicos, de la ignorancia. Nunca supimos si este pobre niño tuvo una oportunidad y eso tal vez no le importaba a nadie.

Pero pareciera que a todo el mundo le gusta “El Chavo”. Se han vuelto un ícono del retro las expresiones y los insultos que usaban unos contra otros y las nuevas generaciones se deleitan con la versión animada. Yo sigo sintiendo la misma angustia.

Hace unas semanas cuando comentaba lo difícil que era ocuparme de mi niño y de la casa sola, cuando mi esposo estaba de misión, alguien me dijo que eso me pasaba por vivir en Francia, que por eso era mucho mejor vivir en Colombia, donde con muy poco podía tener, muchacha, niñera y chofer. No supe qué contestar, hasta hoy. Estamos condenados a ser la sociedad de “El Chavo”, una sociedad que se ríe de la mísera, en la que unos se aprovechan de los otros, en la que la señora que se va a cuidar los niños de otra, deja a los propios encerrados en una pieza, calentándose la comida en una estufa de cocinol. Tal vez la persona que me hizo el comentario se quedó esperando mi respuesta, o tal vez esté entretenida mirando “El Chavo”.

Deje su mensaje, después del tono.

- En este momento no nos encontramos, por favor deje su mensaje después del tono.
- Mija, llevo semanas llamándote. ¿Dónde andas? No hemos podido comentar los últimos acontecimientos políticos. ¡Se salvó este país mijita! Pasamos de un mesías a un santo, este es definitivamente un país bendecido. ¡Cosa divina caray! Además este hombre es un estandarte de la gente divinamente, de la gente de bien. Golf, whisky y exenciones tributarias para los amigos del club. Como debe ser. Tu tío dice que es increíble nuestra capacidad de adaptación mijita, que pasamos del fanatismo populista al pragmatismo capitalista de un plumazo. Y yo precisamente te llamaba a que me explicaras los términos, porque tu tío y los amigotes, sueltan la carcajada cuando dicen eso, pero yo aún no he entendido el chiste. ¿Oye y tu porqué tienes el mensaje del contestador en español y no en francés? Bueno mijita llámame para que nos pongamos al día. Un abrazo.
- Beeeeeeeeeeeep.

domingo, 20 de junio de 2010

Honey

- Juanma, ¿Estàs dormido? Tenemos que hablar.
- Mmmmm.
- Honey yo se que todo lo que hemos hecho estos últimos años es para llegar hasta aquí, pero estoy cansada de las loberas. ¡It’s enough! Después de la posesión adiós al poncho. A este paso no vamos a necesitar un asesor de imagen sino un corrector de estilo. Yo ya te pedi las corbatas y los armanis. ¿You know? A ti no se te da mucho el look de capataz de finca…
- Mmmmm.
- Estoy preocupada por los muchachos. Yo no quiero que terminen vendiendo artesanìas en los aeropuertos y traficando con lotes; es que a Tom y a Jerry lo único que les faltó fue un puesto en Unilago y otro en San Andresito.
- Don’t worry…
- Yo quiero verme divina en la posesión de Juanma, pensaba en un Chanel, pero si quieres seguir con el populismo pues yo busco algún diseñador colombiano… pero no me vas a obligar a vestirme de institutriz como Linis… Oye, ya puedo votar el disfraz de la cruz roja? Tu lo has olido? It sucks…! Huele a pura tierra, sangre y pobreza.
- Si, ya no lo necesitamos…
- Acuérdate lo que pensábamos de <{(Él)}> hace 9 años… ¿Tù vas a seguir con el consejito comunal y la porno miseria? Es que te digo Juanma, la escena tuya con lo del hijo de Clara parecía como de Laura en América… ¡De quinta!
- No sabìa que tú mirabas Laura en América.
- Oye, mandaron las facturas del pan y las botellas de agua. Cómo han cambiando las cosas, antes se compraban los votos con tamales o pollos, serán cosas de la recesión…
- Mándala a Palacio que allá están pagando todo.
- Juanma, tu crees…
- Hablamos mañana honey, i'm so tired…
- Ok, el problema es que ahora no se si yo pueda dormir…

viernes, 18 de junio de 2010

Coherencia

Francia discute la ampliación de la edad para pensionarse a 62 años. Discuten las excepciones, la dificultad de ciertos trabajos y el pobre Sarko sale todos los días a explicar que ahora los franceses viven más y que por consiguiente deben trabajar más. Como lo comentaba en otro post, la proyección de vida de mi hijo es de 100 años. Lo que Sarko dice no es falso. En mi pueblo, debido a la bondad de clima hay un ancianato en cada cuadra y en general es impresionante la cantidad de gente mayor, sobre todo si uno viene de Colombia donde hay tanto muchachito.

Pero la misma Francia tiene los impuestos más altos a los cigarrillos y al alcohol. Campañas más que insistentes sobre comer 5 frutas y verduras cada día o sobre no “galguiar” (grignoter) entre comidas y hacer ejercicio. El material graso está indicado en todos los alimentos. Se controla anualmente el peso de los niños lo que incide luego en los menús de los restaurantes de los colegios públicos. La televisión muestra dos o tres veces al día programas sobre salud. El mercado de los productos bio es cada día más creciente tanto en la alimentación como en la cosmética. La obsesión por la salud es generalizada y es mal visto no verse tan preocupado al respecto. Hace unos meses tuve una reunión en la guardería (pública para más señas, donde mi niño sólo va 6 horas a la semana) para discutir el menú de las medias nueves. Después de 30 minutos de discusiones sobre lo bio, el equilibrio, las marcas, que si y que no, me preguntaron mi opinión: - La verdad, yo vengo de Colombia, nosotros comemos de todo. No consumo bio porque me parece carísimo y sé que en el futuro él tendrá que comer en un Macdonals o en un puesto de comida callejera y habré perdido la inversión. A mí la verdad, me parece genial que no me toque alistarle la lonchera y desde que vivo en Francia estoy sorprendida de la calidad de los productos incluso los de Petite Prix (marcas económicas). Lo que ustedes digan está bien para mí. - No sé porque mi intervención terminó con la reñida discusión. Pero me miraron con una expresión que aún no puedo definir.

Esa misma Francia tiene un aumento en el desempleo. Se discuten políticas. Vuelve y sale Sarko, que mire, que si hacemos microempresas, que si se capacitan…Pero al mismo tiempo está el subsidio de desempleo, el subsidio de arrendamiento que le ayuda a la gente a pagar el arriendo, pero no a comprar su propia casa, el subsidio por tener niños… Y los subsidios no son interpretados como una solución en un momento crítico sino como una forma de subsistencia. Lo que se complicará cuando la gente este obligada a trabajar más, porque vive más, porque se cuida más.

La coherencia. Esa se bajò del bus hace rato. Yo pienso en los huesitos de marrano que nos llevó la abuelita de un amigo una vez a la oficina. Tal vez la naturaleza hace que el marrano sea delicioso para que uno se de garra saboreando los huesitos y para que suavemente se vayan taponando las arterias. Y claro, no es que yo reivindique fumar como una chimenea, pero un cigarrillito con tinto después del almuerzo para comentar la novela, no debería ser pecado. Y claro, muy interesante que haya productos bio, pero la inversión debería enfocarse en erradicar el hambre y no en hacer comida hiper-higiénica para los hiper-neuróticos del mundo. También sé que me hacen falta todos mis amores que ya no estàn, que unos se fueron antes de tiempo y otros sufrieron mucho para poderse ir, pero con todos y cada uno tengo recuerdos de comilonas, parrandas, malos y buenos tragos, lloradas y ataques de risa. Yo me pregunto si lo que uno busca calidad de vida o una vida bien “calidosa”. Dònde está el equilibrio?. No sé, tal vez se fue a acompañar a la coherencia a hacer una vuelta.

jueves, 17 de junio de 2010

Olvidos

Mañana de trámites. El recibo. El reclamo. Todos los jueves por las mañanas nos vestimos bien y nos vamos al centro de la ciudad (del pueblito), a resolver pendientes. Pero este jueves era diferente. La llagada del verano, trajo consigo un cielo azul y 26 grados con brisa fresca. Al lado de la carpeta de los papeles aliste el picnic y las toallas, para irnos a almorzar el niño y yo frente a la playa. A mí se me olvida que vivo frente al mar. Se me olvida que ir a la playa es gratis. Que no pasa nada si me voy un jueves a pasar la tarde en la arena.

A las 11:00 estamos libres y nos vamos a la playa de Mourillon, en Toulon, la ciudad más cercana. En Hyeres también hay playas, pero esta me gusta porque a mí me gustan las ciudades y la gente que vive en ellas. Me desvisto entre el carro para ponerme el vestido de baño, cargo el coche como un camello que atravesará el desierto y me doy permiso de sentirme en vacaciones. Jugamos, comemos jamón con queso porque se nos olvidò comprar el pan, metemos los pies al agua helada del Mediterráneo. Una mujer anciana que sale del mar me dice que vio pescados, que el fondo de mar era blanco, que es mucho mejor que la piscina pública en la que va a nadar en Paris. Es el paraíso. Yo alzo los ojos, miro el cielo, los pájaros, la ciudad y le doy la razón.

Pienso en Bogotá y en las cosas que eran gratis -o no tan caras- que me gustaban tanto y que nunca hacía. Pienso en la Ciclovía, en los juguitos de la plaza de mercado, en los museos que solo recorría cuando tenía un visitante de otra ciudad, en los conciertos en mi universidad, en las misceláneas llenas de cosas, en los parques de todos los estratos, en que nunca fui a ver la lucha libre, en todas las fotos que tengo pendientes.

Algunas personas piensan que por vivir en una región turística, uno siempre está de vacaciones. Nada más alejado de la realidad. No importa dònde viva uno, los problemas y la rutina siempre logran que a uno se le olvide vivir.

domingo, 13 de junio de 2010

Guía Turística

Francia es un país lindo. Con una geografía llena de contrastes. Con una gastronomía rica en matices. Productor de los mejores vinos. Magos de los productos lácteos. Maestros del chocolate. El Mediterráneo. La cultura. La literatura. El arte. Etc. Etc. Lo mejor del mundo está aquí, con un pequeño inconveniente: Usted, al no ser francés, no lo merece. Está lejos de apreciarlo y de entenderlo. Incluso, el 90% de los franceses no entenderá porque usted se empeña en venir. Le preguntarán porqué conoce a Edith Piaf, a Los Impresionitas, a Napoleon, o a Paul Cezanne si usted no nació en el hexágono. Un francés promedio, con el equivalente académico de primaria y bachillerato, no podrá comprender que la historia de su país es parte de la cultura universal, porque para él, solo existe la cultura francesa. Los gringos son unos chabacanos de mal gusto. Los suramericanos son pobres e ignorantes. Los asiáticos son raros. Los africanos negros son fuerza de trabajo y los árabes… son un tema pendiente. Conocen aspectos de los demás países, pero sus culturas las consideran “menores” y sus historias no pasan de lo anecdótico. Si por un lado es envidiable el “orgullo patrio”, por el otro ese orgullo es un filtro angosto que limita su apertura a otras realidades.

Si usted planea una visita turística, encontrará que la primera barrera es el idioma. La gramática y el vocabulario del francés son fáciles para todos aquellos que hablan lenguas romances, pero la pronunciación es verdaderamente difícil. La cosa se complica porque los franceses asocian las personas que no hablan su idioma y los acentos de los que lo intentan, con la ignorancia y la estupidez. No hablar francés no es una condición, es un hándicap. Para ellos es difícil tomar en serio a alguien que no habla su lengua. Afortunadamente existen las guías impresas, las páginas de internet, los GPS, los mapas y la señalización vial que le serán mucho más útiles al momento de viajar que hacer la consulta a un lugareño.

Algunos dirán que miento. Que han conocido franceses buena gente. Yo también los he conocido. Me casé con uno. Como en todos los países y en todas las culturas, hay quienes gracias al contacto con otras personas o situaciones (para el caso de Francia los que han viajado fuera del país), son más abiertos, tolerantes y respetuosos.

No hablo sin conocimiento de causa. Hace unas semanas visité uno de mis almacenes favoritos: Maisons du Monde (Casas del mundo). Con un exquisito sentido del buen gusto, este almacén combina en sus secciones objetos de todas partes del mundo combinando la belleza con la imaginación. El nuevo país invitado era Cuba. Aprovechando que los precios no eran excesivamente costosos compré algunas de las cosas que me gustaron y encargue un tapete hindú del catálogo. Me pidieron la dirección de mi casa y me dijeron que por 12 euros más, lo llevarían a domicilio. Yo que estaba antojada de las cosas cubanas, solicité que me dejaran recogerlo en el almacén. Impacientes las vendedoras y aprovechando la evidencia de mi acento, me decían que tal vez yo no había entendido. Yo repliqué que si, y como un favor aceptaron mi solicitud, sin antes decirme: “El ta-pe-te lle-ga el mi-ér-co-les. No el jue-ves. No el mar-tes. De-be ve-nir el mi-ér-co-les. No lla-me el mar-tes. De-be ve-nir el mi-ér-co-les. De-be pre-sen-tar es-te pa-pel.” Al fondo y en medio de los intervalos de tan solicita pronunciación, yo oía como entre las vendedoras comentaban: “Ese es el problema de esta gente.”

Llame el miércoles para saber si había llegado el tapete. La vendedora me contestó que había llegado desde el lunes, que porqué no había ido a recogerlo. Fui hasta el almacén. Mostré el papel. Tenía a mi niño en los brazos para evitar que hiciera un daño. Trajeron el tapete. Lo tiraron al piso. En Francia está prohibido dejar a los niños entre el carro. Con un brazo apercollé al niño y con otro jalaba el tapete en una cadencia digna del jorobado de Notre Dame. (Sí, yo sé quién es el jorobado de Notre Dame). En el camino pensaba que el almacén está lleno de cosas africanas, asiáticas, o suramericanas. Que las presentan como objetos de lujo. Que reconocen su valor estético. Pero que una cosa muy distinta es dejar entrar al almacén a todos esos muertos de hambre de esos países miserables. Y peor aún tener que atenderlos. Porque el servicio no es un tema determinante en una economía pujante. Si no compro yo, otro comprará. Los vendedores no ganan por comisión y dada la eficiencia del subsidio de desempleo, es mucho mejor ser despedido de un trabajo que conservarlo.

No los culpo ni los odio. Me esfuerzo por entenderlos. Como todos los niños ricos, sólo han vivido una realidad. Su mundo es un sistema pequeño en el que todo funciona bien. Para ellos nada debería cambiar.

90 dias

Tu y yo vamos a estar solos 90 días. Han pasado 50. Nos faltan 40. Tu papá esta de misión en Argelia. Me encantaría tener el doble de la energía para disfrutarte más. Tener una barita mágica que hiciera de comer y que lavara, doblara y guardara la ropa. Quisiera ver las cosas como tú las ves. Repetir 4 veces al día Mosters Inc. y volverme a reír. Quedarme dormida a las 8 pm y levantarme en la mañana sonriente y con los cacheticos rosados. Me ayudas mucho cuando llevas el tetero al lavaplatos y me parece genial cuando buscas en el closet tus zapatos y tus medias. No logro que guardes los juguetes en orden, pero me gusta oírte jugar con tus dinosaurios, tus robots y tus bomberos. A veces te pones furioso y peleas conmigo. Yo me pongo furiosa también. Pero luego vienes a buscarme, me llenas de besos y me acaricias el pelo. A veces nos quedamos en piyama y comemos piza. A veces nos ponemos bonitos y nos vamos al parque a jugar. En las tardes te paras frente al computador y llamas a gritos a tu papá, para que se conecte al Mesenger. No siempre funciona. Entonces yo me invento algo para distraer tu atención y la mía. Hemos visitado todos los parques, todos los Macdonals, todos los centros comerciales. Tratamos de hacer siempre algo que te guste a ti y algo que me guste a mí, pero la fórmula no nos funciona todo el tiempo: cada vez que entramos a un almacén de ropa de mujer o de cosas para el hogar, gritas como un salvaje o haces cara de aburrimiento. No puedo decirte nada porque tu papito hace lo mismo. Te confieso que algunas veces me siento como en un Reality Show, que esto es una prueba que debo superar. Otras veces me acuerdo que nadie está obligado a conquistar el mundo y que no pasa nada si no tiendo la cama y comemos afuera. Pero la mayor parte del tiempo me parece genial estar solos tu y yo, abrazados en el sofá repitiéndonos Cars o Toy Story. Yo solo espero, que en el futuro, cuando te pregunten si era difícil que tu papá saliera de misión, respondas que no tanto, que con tu mamá armabas un buen parche y que se divertían paseando por ahí.

miércoles, 9 de junio de 2010

Versión 1.0

Cuando los conocí hacían fila para llamar por un teléfono público destartalado que había en la puerta del edificio. Saco motoso. Sin mayor encanto que el de la juventud. Si, ese el del Iphone, al lado del IPod y encima del IMac, se sacaba monedas del bolsillo de lo que debió ser un blue jean, y marcaba número a número en un teléfono de disco. Si, ese al que todo le parece “cool”, era un muchacho simpático que cuando no tenía el último SmartPhone y la adicción a los MSM, lograba tener una conversación coherente con más de un adjetivo en su repertorio, que solía ser en español. Aquel, si ese, el del BlackBerry, llevaba los apuntes en libretas de taquigrafía que le regalaba un amigo que trabajaba en una notaría. El de la Palm Pilot, se sabía el teléfono de todo el mundo, pero en las fiestas sacaba de la billetera una listica donde tenía anotadas las palabras claves para acordarse de los chistes. El de los audífonos bluetooth estéreo, le compraba casettes piratas a los hippies. ¿Qué si tengo algo en contra de la tecnología? No, por el contrario, me encanta, ayuda a saber quién es quién y qué tan lejos ha llegado, entre muchas otras cosas. Por favor. Think diferent. Mi problema es que tengo un disco duro de gran capacidad y aún conservo la versión 1.0 de todos ellos.