viernes, 10 de junio de 2011

Dibujoramas

Ce ne sont pas des dessins, non plus des peintures, ni des imprimés pour l'industrie textile. Lorsque je les fais, je ne pense à rien, je n'ai rien de programmé, je ne conçois pas d'esquisse. Je prends seulement une boite à chaussures remplie de feutres, un paquet de feuilles de Canson avec un bon grain, et je me laisse aller. Je peux faire deux ou trois Dibujoramas en même temps. Je peux les abandonner pendant des mois et je peux passer des semaines à remplir mes feuilles de couleurs et de formes.

Je crois que mon approche de la couleur est une espèce de compulsion psychédélique, l'expression d'un cerveau habitué à faire plusieurs choses en même temps. J'avoue que ces compositions chaotiques sont une catharsis du stress produit par la vie tranquille que je mène. J'habite à Hyères   près de la mer, mais je suis née dans les Caraïbes et j'ai grandi dans une ville au sommet de la Cordillère des Andes. 2600 mètres plus près des étoiles, qu'on ne peut  voir à cause de la pollution. Le bruit, le mouvement, l'imperfection, les mauvais mots jetés dans l'air avec de l'émotion me manquent. Un univers sans plans ni planification qui nourrit l'imagination et les passions. J'habite en France par amour, et du moins sciemment  mon ancienne vie ne me manque pas, mais cela me suit, se glisse dans  ma pensée, dans mes actes, dans ces Dibujoramas qui ne prétendent rien d'autre que d'exprimer la nostalgie de mon passé en technicolor.

http://dibujoramas.blogspot.com/

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Traducido al francés por mi prima Catalina Ordoñez .

Estos no son dibujos, no son pinturas, no son diseños con intenciones textiles. Cuando los hago no pienso en nada, no tengo nada programado, no hago bocetos. Yo sólo saco una caja de zapatos llena de plumones, un paquete de hojas de Canson de buen gramaje, y me dejo llevar. Puedo hacer dos o tres Dibujoramas al mismo tiempo. Puedo abandonarlos por meses y puedo pasar semanas llenando mis hojas de colores y formas.

Yo creo que mi aproximación al color es una especie de compulsión sicodélica, la expresión de un cerebro acostumbrado a hacer muchas cosas a la vez. Confieso que las composiciones caóticas son una catarsis al estrés que me produce la vida tranquila que llevo. Vivo en un pueblito del Mediterráneo frente al mar, pero nací en la costa Atlántica y crecí en una de las ciudades más grandes ancladas a la Cordillera de los Andes. 2600 metros más cerca de unas estrellas que no se pueden ver por culpa de la contaminación. Extraño el ruido, el movimiento, la imperfección, las malas palabras lanzadas con emoción. Un universo sin planes ni planeación que alimenta la imaginación y las pasiones. Yo vivo aquí por amor y de manera conciente no extraño lo que deje atrás, pero me persigue, se cuela en mis pensamientos, en mis acciones, en estos Dibujoramas que no son nada, pero que expresan la nostalgia de mi pasado en technicolor.

http://dibujoramas.blogspot.com/

sábado, 4 de junio de 2011

The mango kings

Los reyes del mango somos tu y yo. En Francia se consiguen dos clases de mango: Los que vienen en barco, congelados, infinitamente verdes, sin olor, sin sabor y tan faltos de carácter que sólo cuestan 1 euro. Los otros vienen en avión, son rojos, naranjas y amarillos, aún traen consigo el olor del trópico, maduran, cambian, huelen, untan y eso los hace costar entre 3 y 5 euros. 3 cuando están maduros y son despreciados por los europeos que no entienden tan sospechosa actitud en una fruta. Yo los compro y hago cara de que le estoy haciendo un favor al que me los vende, lo que hace que me los regalen o me los den más baratos. Y te los traigo, te los lavo, te los corto y me siento a comérmelos contigo, como si te estuviera dando un tesoro. Te los comes tan feliz. En ese momento somos los reyes del mango. Tu papá piensa que el mango es un postre y cuando me mira lavarlos repite la historia de cuando nos conocimos y de unos mangos enormes que se comía a mordiscos al desayuno. Aunque no me lo creas he visto lugares donde los mangos se caen al suelo maduros, rojos, melcochudos y brillantes. También he visto gente que se sienta en el piso a comérselos sin lavarlos, debajo del árbol del que cuelgan como si estuvieran esperando que alguien viniera a recogerlos. El mundo es un lugar extraño donde una fruta se vuelve de oro después de montarse en un avión. Pero eso te lo explico cuando seas mas grande.