miércoles, 7 de abril de 2010

Muñecas

Juegas con muñecas. Te las robas del cuarto de tu hermana y las llevas al tuyo. Las cuidas, les cantas, les das tetero y cuando se portan mal gritas “tonto” y las lanzas al aire. Cuando te vas a acostar las ponemos junto a ti sobre la almohada, las tapamos, les damos un beso y esperamos a que se duerman. Cuando no las encuentras me preguntas “¿Bebe?” y yo te ayudo a buscarlas. También juegas a hacer abdominales en la máquina que me regaló tu papá. Abres las alacenas y los cajones, sacas el contenido y luego lo distribuyes aleatoriamente. Tiras las mandarinas por el balcón. Cantas a pedazos “Bohemian Rapzody” de Queen. Haces bocaquiusa con el Himno de la Alegría. Sacas las maracas cuando oímos a Celia Cruz y bailas dando vueltas. Apagas, desconectas y des configuras todos los computadores a tu alcance. Te gusta ver como se diluyen los royos de papel higiénico en el inodoro. Gritas. Cantas. Corres. Nos muerdes y luego nos llenas de abrazos y besos. Hablas por teléfono. Maldices. Te ríes a carcajadas. Al final del día te quedas dormido abrazado a tus muñecas. Contigo no me aburro nunca y aunque te regañe y haga mi pose de “estoy brava”, en el corazón soy muy feliz.

3 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

Es muy bonito lo que has escrito. Los críos no paran y dan mucha guerra durante todo el día, pero son geniales.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Eso son los hijos...Nos abarcan, nos explotan, ocupan todo nuestro espacio emocional...pero los adoramos y sobre todo ¡los disfrutamos! Un beso para Alexandre, que ocupa todo tu espacio.
Liliana J.

Andrés M. dijo...

Me está entrando Papitis y más con tus comentarios, Angela querida y eso ya es peligroso... Últimamente todos los niños y bebes de los amig@s me sonrien, así que asumo que o tengo cara de muñeco de peluche, o hay una química de la vida que te lleva a ser un poco masoquista y querer tener hijos en un momento dado :)