Mi preguntó si el
niño tenia su propia cama. Si dormíamos juntos. Si comíamos en una mesa. Luego
me dijo que debía comprarle una bicicleta. -Otra? pensé yo-. Luego me explicó
que era un Lego, donde comprarlo y me indicó que yo debía hacer una figura y obligarlo
a repetirla de manera idéntica. La reunión duró 40 minutos. Terminó mal. -Doctora
yo soy Bac+5, certificado por el Gobierno Francés y a mi me respeta- dije. En
su misión de médica de los colegios públicos, su obligación era procurar el
bienestar del niño y explicarme todo eso que mi condición de inmigrante del
tercer mundo me impide saber.
En la foto se
puede observar la versión de Walie hecha por el niño de la inmigrante, sin intervención
de la misma.
Si alguien me vuelve
a hacer el comentario, "Qué envidia, tu, viviendo en Europa!"… Le pongo la mano…
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