sábado, 6 de junio de 2009

Leticia

- Hola tía. ¿Cómo vas?
- Feliz mija, de plácemenes con la visita del príncipe Felipe y doña Leticia.
- Si, sí vi que estuvieron en Colombia, pero me pareció raro que en todas las fotos saliera el ama de llaves del Palacio de Nariño.
- No mija, esa no es el ama de llaves, esa es la señora de la casa.
- No. ¿En serio?
- Si mija, yo sé. ¡Fatal!
- Pero la visten los enemigos. ¿Qué tal el cuello de tortuga de la izquierda fashion?
- Mija, ¿Y la chaqueta qué tal?
- Esa es la chaqueta que usan las monjas cuando se visten de incógnitas.
- Y los zapatos de institutriz.
- No, terribles y eso al lado de esa elegancia de mujer que es doña Leticia
- ¿Y será que la “señora de la casa” le decía “Doña Leticia”?
- Si mija le decía: ¿Doña Leticia, le traigo un tinto? ¿Doña Leticia le llevo la ropa a la lavandería? Doña Leticia que don Felipe ya llegó de la reunión….
- Bueno… ¿Y Leticia qué tal…?
- Mija es que ella es muy seria… Como mala carosa.
- Eso es el hambre tía, es que pesar 35 kilos en difícil. Además la pobre tiene una suegra que a diferencia de las nuestras no se cree de la realeza… ¡Realmente lo es! ¿Te imaginas la hartera?
- El que es un lempo de hombre es él.
- Felipe es un churro, es verdad.
- Oye ¿Y será que no hay una diseñadora de modas colombiana que se compadezca y le mande alguito a la "señora de la casa"?
- O que los hijos le compren algo mija, con lo que ganan en cada transacción…
- Ah sí, los negociantes, bueno pero es que ellos están ocupados mostrando cómo todas las empresas del país son tan rentables como las de ellos.
- Hay Dios, cómo nos hemos reído… Pero te quería pedir una cosa mijita, si un día me da una crisis mística, o si me pongo senil o no me miro al espejo antes de salir y me pongo una chaqueta igual a esa, tú me ayudas, me amarras, no me dejas asomarme a la calle…
- Si tía te lo prometo, pero no te angusties, eso nunca va a pasar.

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