miércoles, 9 de junio de 2010

Versión 1.0

Cuando los conocí hacían fila para llamar por un teléfono público destartalado que había en la puerta del edificio. Saco motoso. Sin mayor encanto que el de la juventud. Si, ese el del Iphone, al lado del IPod y encima del IMac, se sacaba monedas del bolsillo de lo que debió ser un blue jean, y marcaba número a número en un teléfono de disco. Si, ese al que todo le parece “cool”, era un muchacho simpático que cuando no tenía el último SmartPhone y la adicción a los MSM, lograba tener una conversación coherente con más de un adjetivo en su repertorio, que solía ser en español. Aquel, si ese, el del BlackBerry, llevaba los apuntes en libretas de taquigrafía que le regalaba un amigo que trabajaba en una notaría. El de la Palm Pilot, se sabía el teléfono de todo el mundo, pero en las fiestas sacaba de la billetera una listica donde tenía anotadas las palabras claves para acordarse de los chistes. El de los audífonos bluetooth estéreo, le compraba casettes piratas a los hippies. ¿Qué si tengo algo en contra de la tecnología? No, por el contrario, me encanta, ayuda a saber quién es quién y qué tan lejos ha llegado, entre muchas otras cosas. Por favor. Think diferent. Mi problema es que tengo un disco duro de gran capacidad y aún conservo la versión 1.0 de todos ellos.

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