Él me invade de
preguntas. De preguntas sin respuesta. Me hace prometer cosas imposibles. Me
hace reír. Me jura amor eterno y cuando le explico que en el futuro encontrará
alguien que lo quiera y a quien querer, se pone triste. Confiesa querer estar
conmigo, en esta su casa. Ayer me preguntó si las personas que no tienen
familia pueden buscarse una. Yo siento como mi corazón se hace liquido y se
derrama por el piso. Yo le digo que si, que claro, que incluso, uno puede
escoger las personas que uno quiere que hagan parte de su familia, que esos son
los amigos. Me paso la vida inventando explicaciones más inverosímiles que sus
preguntas, como si tratara de lijar el lado áspero de la realidad. Hace unas
semanas lo lleve a la guardería donde lo cuidaban tres veces por semana cuando
era un pequeñito. Habíamos seleccionado todos los juguetes de bebé que aun
conservaba y los llevamos de regalo. Antes de llegar a la puerta me preguntó si
podía guardar un tigre y un león de plástico que habíamos puesto en la bolsa. Los
guarda en mi cartera y prosigue. Yo le explico que él ha crecido, que antes era
como esos bebes y que ahora tiene la edad para entrar al colegio de los niños
grandes. Los acaricia, les habla, les hace cosquillas. La directora aparece detrás
de una puerta y lo saluda por su nombre. Él la reconoce: -Vengo a traer mis
juguetes de bebé porque crecí. Ya no soy un bebé. Se me caen los dientes. Antes
era chiquito, pero ahora soy grande. Estoy aprendiendo a escribir Alexander en
letra pegada, etc…. 20 minutos de un discurso que explica como crecen los niños.
Y yo me pregunto
quien le contesta las preguntas a las mamas. De donde sale la fuerza para reírse
cuando el corazón se derrama por el piso. De donde salen las lijas para
encontrarle el lado suave a la realidad. Que va a pasar el día que mis explicaciones
inverosímiles no funcionen y se de cuenta de que todo es inventado porque nunca
tuve las respuestas a sus preguntas.
1 comentario:
Te tengo guardada entre mis marcadores, cuando leí que dejabas de escribir me entristeció, aun así, de vez en cuando me releía cada post tuyo, algunos parecen hablar de mi salvo que se cambia a Francia por España. Me alegra llevarme la sorpresa de ver que aunque poco vuelves a escribir!
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