martes, 14 de abril de 2009

Copialina de recuerdos

Esta semana empezaste a gatear. Coordinación perfecta de manos y pies, colita levantada, sonrisa… Tienes un montón de golpecitos en todas partes porque te pegas contra todo: la mesa, la silla, la puerta, voy a tener que forrar la casa en espuma. Como un bólido atraviesas el corredor. Estas feliz, gritas, muerdes, aruñas, te echas el arroz por la cabeza, metes los dedos entre la compota, botas los juguetes, te emocionas, inundas el baño chapoteando entre la tina, todas tus piyamas están manchadas, estas feliz con tus tenis nuevos y pasas hasta 20 minutos paradito agarrado de la baranda del corral… y a las siete de la noche te quedas fundido en tu camita. Tengo miles de recuerdos que no quiero perder: El día que te llevamos a la piscina por primera vez no le tuviste miedo al agua y la pasaste delicioso. La abuelita te trajo un camión lleno de colores y de luces y subiste los brazos con una emoción contagiosa. Tu papa te canta la Serpiente de tierra caliente y todos nos morimos de risa. Oyes la Sinfonía Inconclusa en la Mar de Piero y te quedas calladito y atento. Todo te gusta, todo te emociona, todo te llama la atención, tienes un carácter fuerte y a veces nos enloqueces, pero sobre todo nos haces muy felices. Nos acostamos exhaustos, y nos gustaría dormir hasta las 8, pero nos encanta oír cuando nos llamas cada mañana a las 6.

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