sábado, 16 de enero de 2010

Pecados de omisión.

No llamar. No preguntar. No comentar. Me preguntaste porque no te quería si tú nunca habías hecho nada. Como quererte, me pregunto yo. Pereza. Desaliento. Dejadez. Desamor. Mi abuela decía que se peca por lo que se dice y por lo que se deja de decir. Prefiero yo los pecados capitales, la ira, la gula, la lujuria. Pecados de exceso y no de ausencia. El que no firma el acta, el que no manda el fax, el que no contesta el mail. El que te ve morir. El que no te abre la puerta. El que no recoge. El que no cierra el frasco. El que nunca dijo lo que sentía. Expedientes que se pudren sobre un escritorio. Trámites inconclusos. Poder malsano: no hacer nada por nadie. Si al menos hubieras dicho algo, no habría sentido culpa por no quererte.

4 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

Tienes razón, aunque ha sde tener en cuenta que en muchas ocasiones es muy complicado para os hombres saber si debe o no debe dar el paso y lanzarse.
Buen fin de semana

Anónimo dijo...

No sé si te sirve...pero yo si te quiero, un montón.
Liliana J.

Anónimo dijo...

No me atrebo a comentar... pero me gusta tu estilo. Me encanta cuando mencionas los dichos de tu abuela - en realidad una persona que siempre estubo demasiado adelantada de su tiempo. -Tio

Anónimo dijo...

Haya sido lo que haya sido, créeme que aprendió la lección¡