domingo, 31 de mayo de 2009

Limonada

Mueble negro. Esquina rota. Puertas de vidrio. Diseño de los 80`s. La primera esposa de mi esposo sabía que no te quería en la repartición. A ella tampoco le gustabas. No sales con nada de este cuarto. El Nintendo que albergas se llena de polvo desde que llegó la Wii. Estas lleno de películas en formato Betamax, que no tenemos forma de ver y que además pasan a cada rato por televisión. Por eso me llevé a mi esposo a Ikea y compré una cómoda que al menos es del mismo color de los otros muebles. Por mí, te botaba a la basura. Ahora, en este instante. Pero acompañaste a mi esposo en su juventud. Eres el recuerdo de su vida de soltero. Albergabas el Betamax y las películas inconfesables. El te mira y no te quiere botar. Y te puso acá en el corredor. Esta es tu segunda y última oportunidad. Adiós las puertas horrendas. Pegante a la esquina rota. Bienvenidos los juguetes y los libros del bebé. Mañana te pongo algunas calcomanías o algo me inventaré para disimular ese bisel dorado del demonio. Espero que te veas mejor. En fin… Si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada.

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