lunes, 12 de octubre de 2009

Pan y leche

Bajarse del bus y ser normal. Comprar el pan y la leche y no tener pena en tomársela directamente de la bolsa. Sentarse en un andén y amarrarse los zapatos. Encontrar 1000 pesos en el bolsillo y alegrarse. Ser normal. Soñar con el Nobel, con el Lotto, con el Oscar, pero despertarse feliz de no estar obligado a nada distinto de ser normal. Comer sánduche de jamón y queso. Reírse de lo que se ríen todos. Guardar debajo de la cama la pose intelectual. No es perder las ambiciones. Es más bien restarle importancia a los deseos, para ser normal, para estar bien. Una canción francesa dice que si la vida es terrible, el día puede ser el más hermoso. Tal vez mañana empiece a escribir el libro que me inmortalice, o compre el primer billete del Loto. Pero hoy, me bajo del bus de lo que debería ser y soy normal, compro el pan, me lo como, tomo leche de la bolsa y soy feliz con los 1000 pesos que me acabo de encontrar.

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