sábado, 29 de agosto de 2009

Malas palabras

Decir malas palabras. Decir muchas malas palabras. Sentarse después del almuerzo en algún cafecito de medio pelo a tomarse un tinto, fumarse un cigarrillo y ambientar la conversación con miles, millares de malas palabras. Morirse de la risa. Inventarse insultos. Decirles a los amigos las más fuertes, las más grotescas, las más asquerosas, sólo por cariño, para luego reírse otra vez. Como me faltan mis amigos. También mis amigas. Pero mis amigos eran una fuente inagotable de malas palabras, siempre divertidas y oportunas. “Venga, como le digo, pedazo de (---). O fue que su (---), no le (---). Esto es mucho (---).”

Extraño sentido de la amistad que nos permitía vociferar montañas de sandeces, solo para enfatizar malos chismes y poder reírnos más.

Me faltan mis amigos. Lanzar al aire desmesurados insultos. Inventar épicas ofensas. Sólo por cariño. Reírse hasta reventar.

1 comentario:

Rafa dijo...

Muy lindo china gran doble tetra (---)