miércoles, 18 de noviembre de 2009

Otoño subversivo

En el otoño los días son atardeceres de 12 horas. No ha hecho tanto frio como se esperaba. Salgo de la clase de francés. Sigue siendo para mí la caricatura de un idioma, pero me gusta. Pongo un cd que me mandó un amigo de mi mamá, marcado con flumaster: “Mis MP3 favoritos”. Es el crossover más despiadado que he oído jamás. Pasa sin compasión de O sole mio, en la versión de Luciano Pavaroti, a Echao pa lante de Joe Arroyo. Canción 54. Yerberito Moderno, en la primera versión de Celia Cruz. Le subo el volumen. Le subo más el volumen. Como un acto subversivo bajo la ventana. Y Celia canta. Se oye el rumor de un pregonar que dice así: el yerberito llegó, llegó. Los niños juegan sobre montañas de hojas secas. Traigo yerba santa pa' la garganta. Traigo keisimon pa' la hinchazón. El semáforo esta en rojo. En amarillo. En verde. Traigo abrecaminos pa' tu destino. Traigo la ruda pa' el que estornuda. Cinco mujeres árabes recogen tres decenas de niños a la salida del colegio. También traigo albahaca pa' la gente flaca, el apasote para los brotes. Alguien hornea una torta de manzana que impregna el aire. El vetiver para el que no ve y con esa yerba se casa usted. Pueblito de Lego en el que todo es como debería ser. Yerberooo. Un hombre anciano me mira expresando descontento. Pero yo traigo yerba santa pa' la garganta y con esa yerba se casa usted. Niñas vestidas de mujeres que besan niños que no tienen afán de ser hombres. Ay pero yo traigo la ruda pa'l que estornuda y con esa yerba se casa usted. Casas preciosas en las que no vive nadie. Pero yo traigo el apasote para los brotes y con esa yerba se casa usted. Ancianatos de lujo. Oye yo traigo keisimon pa'la hinchazón y con esta yerba se casa usted. Farmacias magnificas para placer de vanidosos e hipocondriacos. Y con esa yerba se casa usted. Eh que mi yerbero moderno, yerbero moderno. Pueblito perfecto. Tan bonito. Tan ajeno. Oye yo traigo yerba santa pa'la garganta y con esa yerba se casa usted. Otoño con sabor a sopa de ahuyama. Pero yo traigo el apasote para los brotes y con esa yerba se casa usted. Otoño que me hace pensar en Bogotá y en las ganas infinitas de tomar onces de chocolate y huevos pericos. Mira yo traigo el vetiver para el que no ve y con esta yerba se casa usted. Pueblito de postal donde nunca cantó Celia. Hasta hoy.

1 comentario:

José Luis López Recio dijo...

Me ha encantado. Has hecho que me sienta dentro del coche escuchando el batiburrillo de diferentes músicas (mi mp3 es igual jajaja) y paseando mientras canta la gran Celia Cruz.
Saludos