sábado, 14 de marzo de 2009

*Politesse Francesa

No importa que siga las normas, que de las gracias, que pida el favor, que sonría, que deje a los ancianos pasar ates de mi… no importa lo que haga siempre me enfrentaré a la politesse francesa, que es la forma correcta y educada de “dejarte morir” en medio de las normas, de castigar el pecado de ser extranjero y estar en su país, es poner una barrera emocional para no estar obligados a la empatía o a la solidaridad.

Me pasa todo el tiempo. Estando embarazada me dio un calambre en una pierna y me caí de rodillas en frente del hospital. Estaba sola con esa barriga monumental, con los pantalones rotos y las rodillas raspadas. Subí a la sala de las parteras, para pedir ayuda. Estaba llorando, me sentía sola y miserable. Cuando hablé con la partera a cargo, me dijo que no podía ayudarme si no hablaba bien el francés. Que le era imposible entenderme. Yo me di la vuelta para salir de la sala y en ese momento una mujer árabe me dijo: - No madame, las cosas no son así…. - Y se paró y empezó a gritar para que me ayudaran. Tremendo escándalo. Vinieron otras parteras y me atendieron diciendo que tal vez la otra no había entendido que era lo que me pasaba.

Esta semana estaba haciendo fila en un laboratorio clínico con el bebé en los brazos. El niño empezó a moverse y a desvestirse. Tuve que salirme de la fila unos 30 segundos para sentarme y organizarlo. Cuando quise volver a mi lugar, el anciano que estaba atrás de mi me dijo que había perdido el turno por salirme de la fila. Para evitar problemas me paré en el último lugar. La enfermera que atendía, dijo que yo había llegado primero, y yo le dije que no importaba, que era más urgente atender a las personas de la tercera edad y seguí en mi nuevo lugar.

Ayer tenía una hora exacta para hacer mercado. El niño estaba en la guardería hasta las 12 m. Tenía todo calculado. Fui a un mercado al que nos inscribimos para tener derecho al escáner, así yo marco mis productos al cogerlos de las góndolas y no tengo que sacarlos del carrito para pagarlos. Compré bolsas, empaque todo clasificado, tenía todo bajo control hasta que llegue a la caja. La señorita sin mirarme dijo: Revisión. El sistema “aleatoriamente” puede pedirle al usuario una revisión para verificar que haya marcado todo. Y me acordé que las ultimas 3 veces que había comprado ahí, me habían hecho revisión. Le dije a la señorita de mi situación. Sin mirarme dijo de nuevo: Revisión. Apareció el administrador y comprendí que siempre me harán revisión, que el escáner no aplica con mi origen. Protesté inútilmente. Dejé el mercado en la caja y salí. Sin mercado y sin tiempo. Anoche el bebé y yo, nos dimos un banquete de restos de despensa: probó por primera vez los duraznos enlatados y se puso feliz.

*Politesse: Cortesía, urbanidad

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