lunes, 5 de octubre de 2009

El día de las brujas

Todo iba bien. Las viejitas de la casa de recuperación venían felices a sus clases de trabajo manual. Pero los “creativos” tenemos un problema: nos las damos de creativos. Y dada la cercanía del Halloween me inventé la idea fantástica de enseñarles a hacer máscaras y antifaces para sus nietos. No vino nadie. Las enfermeras que cuidan a mis alumnas me dijeron que era posible que estuvieran cansadas. No desistí. Y volvieron a faltar. Mientras recogía los materiales dada la falta de público, apareció una señora que había venido las primeras veces.

- Nadie va a venir.
- ¿Y sabe usted porque?
- Porque el Halloween es una costumbre americana, no es francesa.
- ¿En serio?
- Si.

No entré en discusiones y fui a hablar con la directora. Me dijo que no me preocupara. Que si me parecía volviéramos al collage.

En el almuerzo del domingo comento lo sucedido. Mi suegra se molesta.

- ¿Pero es que a quién se le ocurre hacer cosas para el Halloween? En mi pueblo hicimos un grupo que pasó una carta a la Alcaldía para que se prohibiera el Halloween.
- ¿No fue el mismo grupo que hizo la carta para que no dejaran montar un Ikea? – pregunta mi esposo picándole la lengua.
- Claro, los mismos.
- Pero Ikea es sueca.
- Pues de donde sea, pero no es francesa.
Mi esposo se ríe y sin que su mamá se dé cuenta alza el plato y me muestra la marca: “Ikea”.
- ¿Y no han hecho una carta para que acaben los restaurantes chinos?
- No porque a los nietos del presidente del grupo les gusta mucho el arroz cantonés. Yo si no como de esa comida jamás. Ni la he probado.

Yo sigo en silencio y pienso que afortunadamente Louis Pasteur era francés, porque o si no la industria láctea francesa no hubiera llegado a ser lo que es. Yo por el momento mantendré en secreto que los números naturales fueron inventados por lo árabes, para no poner en riesgo el sistema financiero europeo y que se sospecha que la rueda se inventó en Mesopotamia. Por si acaso. Lo único que me falta es tener que hacer mercado a caballo.

3 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

Me ha gustado mucho la entrada. Define muy bien "chovinismo" ( se´quie no se escribe así) francés.
Saludos

Maria Mc dijo...

Muy bueno...y espera a que llegue la Navidad...donde algunos franceses consideran que poner un arbolito es la prueba maxima del capitalismo gringo. Ni hablar de un pesebre...eso es sinónimo de ser un debil mental que se deja manipular por la iglesia catolica

EJB13 dijo...

....solo dire: Que suegra la que te ha tocado!
jejejejejeje