viernes, 25 de septiembre de 2009

Yo no duermo

Yo no duermo. Abrazo almohadas. Revuelco sábanas. Pero casi no duermo. He probado todo: medicamentos que me daban taquicardia, otros que me daban pánico y otros que no me daban nada y simplemente seguía despierta. Odio a los que duermen porque los veo horas y horas flotar en sueños profundos. Pero los amo dormidos. Conozco como respiran. Se cuando mi esposo tiene la misma pesadilla noche tras noche con su abuela ciega. A veces tomo su mano y juego a que dormimos. Me siento en la oscuridad a oír respirar a mi hijo y lo siento crecer, frente a mí, lentamente. Cuando mi esposo está con nosotros camino sin hacer ruido, me paro, leo revistas, me siento, tomo agua. Me escapo al sofá. Vuelvo. Lo miro dormir, abandonado de si, y lo acompaño en silencio. Cuando está lejos, leo, abro cajones, los arreglo, hago listas y trato de arrullarme con una televisión sorda que no me produce sosiego. Yo no duermo. Martirio inútil este de vivir despierto.

2 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

Duermo muy poco, auqnue por lo que leo, más que tú. otra de las cosas negativas es que despues todo el mundo te habla como si fuieras un dormilón, porque muchas veces andas con sueño y cansancio acumulado. Eso sí, cuando puedo dormir, intento aprovechar al mnáximo y que no me despierte nadie.
Un abrazo y feliz fin de semana.

Elena Peehuda dijo...

En mi pueblo, dicen que lo que te haria falta es un buen SUDOR DE PECHO